domingo, 28 de junio de 2009

Encerradas... en el garaje

Viernes 26.

Después de quince días sin vernos, llegamos al nuevo apartamento de A.

Se ha dejado las cosas de la limpieza, sábanas y demás... Tiene que volver por ello, porque la bolsa la bajó de casa y se ha quedado en el garaje. Recibió una bronca de cuidado por sus despistes.

Una hora más tarde llega con las bolsas, mientras yo he ido a comprar una fregona, un cepillo... y me he limpiado medio piso para poder quedarnos. (Esto es amor y lo demás tonterías).

Cena romántica, muchas horas de charla, repaso de mi nuevo álbum de fotos, estreno de colchones, noche estupenda y amanece...

Sábado 27.

Arriba pronto. Recogida. Ducha rápida. Apagar la caldera, las luces... Salgo por la puerta y A. está buscando (las llaves pienso yo) en su bolso.

Cierro la puerta y... "María, ¿dónde están las llaves?". Las llaves se han quedado dentro y A. ha quedado en 20 minutos para hacer una ruta-multiaventura. Los coches en el garaje. No podemos abrir la puerta con una tarjeta. No podemos salir. A. llega tarde a la ruta, yo me disgusto mucho porque la he obligado a levantarse con tiempo para que no llegara tarde.

Domingo 28.

Anoche me dijo que el chico que nos abrió la puerta del garaje, un obrero que andaba por allí, tenía llave maestra (porque aún no ha ido a vivir nadie y están haciendo reformas) pero que no pudieron abrirla.

Resumiendo: voy a tener que pagar al cerrajero en metálico y en carne. Pero esto... ¡no nos vuelve a pasar! No cierro la puerta de su casa nunca-jamás.

3 comentarios:

  1. Qué despiste ¡¡ por un momento me recordó a mi... espera una buena suma del cerrajero...lo hice hace muy poco.. besos

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  2. Respuestas:

    Ico: Yo nunca me he dejado las llaves, ni las he perdido... Sin embargo, A., desde que la conozco, tres o cuatro veces. Es su gafe...

    Dintel: Ja, ja, ja... en este caso sí. La suya, la cerrará ella.

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