Ayer fui a casa de mi "amigaindecisa" que se ha convertido en "lamejornuevaamiga" de Ana.
Después de tres horas de "arreglar el mundo" con nuestra amiga A., criticar a la monarquía, a la iglesia, a los hipócritas, establecernos en un bando o en otro o en la mitad de algunos temas... A. se marchó.
Entonces "amigaindecisa" me dice toda seria:
AI: María, tengo que decirte una cosa que llevo tiempo pensando pero nunca he tenido la oportunidad de contarte a solas...
M: (Pensando "Ay, madre") A ver...
AI: Creo que eres muy afortunada por haber encontrado a Ana, es tan encantadora, tan elegante, tan sensible... creo que os compenetráis muy bien. Bla, bla, bla...
Y no sabía si llorar o reír o aguantarme las lágrimas o darle besos... o emocionarme con ella.
Estas tardes de conversación no arreglarán el mundo, pero fortalecen el alma. Tenemos pendiente "tocinito" y una futura celebración por todo lo alto para el cumple de Ana. Tengo que empezar a organizar la sorpresa.
Gracias "amigaindecisa".