El bien ha triunfado sobre el mal. La madre denunciadora se ha presentado ante la inspectora y le ha dicho que fue atendida correctamente, que no tuve culpa de nada y... esto es lo mejor... está encantada con la profesionalidad del equipo docente del colegio. Me he encontrado, por casualidad, con la directora y me lo ha dicho. "Se me ha olvidado decirte esta mañana que...", pero eso sí, las broncas, a primerita hora... En fin.
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Clase de 9 años. Entro y la maestra empieza a recoger unos cuadernos para corregirlos. Me pongo mala... ¡recógelos en tu hora, no en la mía, que me quitas 10 minutos de 45! Veo a dos partiéndose de la risa y pasándose un papel. Les digo que me den el papel. Lo abro y me encuentro... lo que no debía.
El que tiene el papel dice que no es suyo. El que lo iba a coger, que él no quería. El que lo tiene dice que es de otro. El otro que se lo ha dado su hermano...
Miro a su maestra y me dice: "Ése es el papel de antes, no he visto nada". Contesto: "A., ¡ponte las gafas!" y le vuelvo a dar el papel. Saca las gafas, abre el papel y me dice: "Devuélveselo". Me lo he vuelto a meter en el bolsillo y me he sentado.
Aquí... lo que estaba fotocopiado en el papel. No sabía si reírme o llorar.
Se lo he contado a mi amiga T. Dice que se lo enseñemos a la otra maestra que se va a jubilar, no sea que nunca haya practicado y no sepa qué hay en la imagen. Cuando mi madre lo ha visto, se ha echado la mano en el pecho, ha dicho "Dios mío" y se ha santiguado. Entonces, sí que me he reído a carcajada limpia.