Después de pasar toda la tarde en la piscina, hemos ido a casa de E. y R. a devolver un libro y prestarles la guía de viaje de Lisboa.
Estaban regando el jardín. Con aspersores. Han propuesto a la princesa Luz correr por todo el jardín mojándose con los aspersores. Le ha costado un poco, pero después no dejaba de invitarnos a hacer lo mismo y sentir ese agua rociada por nuestro cuerpo.
R. y yo nos hemos quitado la ropa... ¡y a correr!
¡Qué sensación de libertad, de bienestar!
Mientras echábamos carreras alrededor de la casa he pensado que, el próximo día que llueva, vamos a salir a la calle a mojarnos y a saltar sobre los charcos.