Cuando estoy con Ana suelo dejar una nota debajo de la almohada, para que la descubra cuando se mete en la cama.
Normalmente le salen lagrimillas y sonríe cuando las lee. Todo a la vez. Yo solo quiero que sonría.
Esta mañana se ha ido. Y, al entrar en mi casa, me he encontrado esta nota, escrita a mano.
¡Para mi chica!
Gracias por estar en mi vida.
Gracias por darme ánimos.
Gracias por alegrarme.
Gracias por ayudarme.
Gracias por tus abrazos y tus besos.
Gracias por quererme tanto.
Te quiero mucho, mucho, muchísimo.
Al leerla, he llorado yo. Esta noche te escribo:
¡Para mi chica!
Gracias por estar en mi vida.
Gracias por devolverme la paz.
Gracias por arrascarme.
Gracias por tu comprensión.
Sabes que eres la primera.
Sabes que eres la única.
Y aunque cada noche...
... te quiero más que a mi vida.
Te quiero muchísimo.