Shock

Estoy duchándome. Ana entra en el baño descolorida. "Viene alguien de mi casa, no salgas, no hagas ruido", me dice.

He salido de la ducha. Me he dado crema por todo el cuerpo. Me he secado el pelo con la toalla... y he esperado un buen rato sin ropa en el baño, oyendo hablar al otro lado de la puerta. El sonido de mi corazón se debía oír fuera.

Ha vuelto Ana con mi ropa, mi mochila, mis zapatos... "¡Tengo la cazadora en la cocina con las llaves del coche y la documentación!"

Ha vuelto con todo y me ha dicho: "Es mi hermana. Está en el estudio. No quiere salir a tomar café. En cuanto cierre la puerta del estudio, sal".

Como una fugitiva, dejando la puerta de casa abierta, me he marchado. El ascensor ha tardado siglos infinitos en abrirse. Al llegar al garaje le he mandado un sms: "Estoy en el garaje. Cierra la puerta de casa. Tranquila. Luego te llamo".

Ahora me parto de la risa... pero me he muerto del susto pensando en el caos que se iba a formar en casa de Ana si su hermana me veía. A. se ha quedado triste por haberme tenido que marchar así. Me ha pedido disculpas mil veces, pero yo creo que no tengo nada que disculpar.

No, no me he enfadado, princesa. Todavía no somos libres... pero estamos en el camino.