Esta tarde tengo cita con la neuróloga.
Lo "bueno": no tengo clase.
Lo "malo": sigo con el dolor y cuando me tome la tensión y me pregunte cuántos días me duele, la intensidad... bla, bla, bla... y le diga la verdad (porque tengo que decírselo), me va a seguir mandando tomar las pastillas y todo eso que no me hace gracia.
Y no la puedo mentir, porque si duele, duele... Y no puedo relajarme si la madre HP ha vuelto a venir al colegio a preguntar por los malditos libros de música "desaparecidos" de su hija y se pasea delante de las ventanas de mi clase cuando imparto clase a su hija. ¿Es justo? NO. Es una provocación enorme.
Llevo tiempo pensando en dedicarme a otra cosa que no sea la enseñanza. Los martes son horrorosos. Pero mis chicos de E.E. hoy me han dado una alegría enorme bailando. La balanza va de un lado a otro...
Quizás hay una solución drástica, como las que a mi me gustan: habla con el/la director/a de tu centro y anunciale que vas a denunciar a la madre de esa alumna por acoso y conseguirás una orden de alejamiento de dicha madre.
ResponderEliminarNo es ninguna tonteria, te lo advierto. Pero antes hazte con pruebas: fotos de la sra. paseando por las ventanas.
Tener alguna conversación con la susodicha con testigos delante, en fin, todo lo que se te ocurra.
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si las has llamado la HP por algo será. pero tu tienes que ser más lista, más paciente y más profesional que una verdadera HP. ANIMO!!!!
ResponderEliminarEstos son los "toma y daca" de la vida, pero si ves que tal, dale una patada a la balanza.
ResponderEliminarSí que es un tormento.
ResponderEliminarLo bueno que ya queda menos.
Estoy con Hormiga, y que no pueda contigo.
ResponderEliminarÁnimo y un abrazote.