miércoles, 22 de febrero de 2012

Caída

Mañana. Tres intensas horas con la terapeuta: he llorado, me he relajado, he dicho cosas que no quería decir, he reflexionado... y he salido de allí mucho más ligera.

Tarde. Hora y cuarto de depilación: tengo cuatro pelos después del láser, pero la persona que me hace la depilación es leeeeeeeeenta, ha salido a coger el teléfono, a cobrar a una, otro teléfono... He salido mucho más ligera.

Tarde-noche: Estaba esperando a cruzar la carretera con mi amiga A. De repente, he ido a echar un paso y "me caigo, me caigo, me caigo..." y me he caído lentamente pero me he dado un buen golpe en las manos. Se ve que no soy tan ligera.

Noche: Quema de la sardina y comienzo de la Cuaresma. Último chocolate antes de empezar la dieta.

"Soy capaz de conseguir lo que me propongo".

4 comentarios:

  1. Ayer tuve un día parecido, de repente llantina sin venir a cuento, palabras que no quieres decir, reflexión, y como nueva. En el fondo, el llanto (así como la depilación y las caídas), forma parte de la vida, son necesarios, para ser conscientes de bienestar de levantarse (metafóricamente).

    Un besito bien fuerte y mis ánimos!

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  2. Respuestas:

    Caminos: metafóricamente ¡y no metafóricamente hablando!

    Alas: Estaba muy bueno.

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