miércoles, 8 de agosto de 2012

A la rica oferta

Ayer estuve en este aquopolis.

Fui con unos amigos y sus sobrinas, a las que habían prometido ir hace unos meses. 

Me lo he pasado genial y me encuentro "como nueva" después de tirarme con "el rosco" y sin él por todas las atracciones posibles: léase en las que podíamos montar sin restricciones de peso. (Una razón más para seguir con la dieta obligada).

En la primera atracción iba con tanta velocidad, que volqué, de cabeza, en la primera bañera (valga la redundancia) y tuve que bajar sin rosco, con el consiguiente aplauso, a la llegada, de mis amigos. Unas risas para empezar la jornada que ha sido estupenda.

Me sorprendía que las sobrinas de mis amigos quisieran ir a un parque acuático porque casi no saben nadar y les da miedo el agua. Al final de la jornada "se ha descubierto el pastel": ellos habían estado con unos amigos en Junio, protestaron por algo y les regalaron ¡cuatro entradas para otro día! Así que solo hemos pagado la entrada de la sobrina pequeña que era más barata. Por eso no sabían cuánto dinero les tenía que pagar por la entrada...

A la vuelta pasamos por un centro comercial y paramos para "que nos den unos puntos de una compra que hicimos la semana pasada". Puntos para conseguir vuelos gratis. Ahhhhhhhhhh... Sigo alucinando. 

Después fuimos a cenar aquí y O. se empeña en pagar con su tarjeta. Entonces su mujer saca de su cartera ¡unos vales de descuento! La cena... 12 euros más barata. Y saliendo, ella le dice a él: "¿Con este pago llegamos a los 900 puntos? Pregunto de qué puntos hablan ahora y me dicen que, por realizar compras entre 200 y 300 euros al mes en gasolina, bla, bla, bla... les dan puntos que se canjean por regalos o cheques para gasolineras. Sigo flipando.

En la carretera, se recuerdan que tienen que echar gasolina ya porque es10 céntimos más barata que en nuestra gasolinera habitual. Miran cada semana dónde es más barata. Y además, donde paramos, les dan otros puntos con otra tarjeta. Mi cara era ya un poema.

¿Cuánto tiempo se tarda en saber que hay ofertas aquí y allá? ¿Cuánto hay que pensar para llenar el depósito el miércoles en la gasolinera tal o el viernes en otra? ¿Cuánto dinero se puede "ahorrar" a final de año? Lo tienen todo calculado. Alucino más porque a mí todo eso no se me ocurre "ni a tiros".

Resumiendo: He acabado pagando la entrada barata que querían dividir entre los cinco, pero me he negado. He comido gratis porque han preparado ellos los bocadillos y A. me ha dicho que, con los descuentos de la cena, quedaba invitada por el señor Vip. El bote de gasolina ha quedado reducido al pago de la taquilla.

Vamos, que he pasado un día genial por 20 euros. Por el camino de vuelta hemos hablado del significado de "compartir" en el día de hoy. Nosotras compartimos todo: los hijos de T., nuestras sobrinas, la piscina de T. y su era y sus hijos, las camas hinchables, la tienda de campaña, los sacos de dormir, los coches, las cenas... las alegrías y las penas... y ¡hasta los descuentos!

Siempre decimos que A. ha salido tan "negocianta" como su padre. Maneja el regateo y las oportunidades como nadie. Y después se casa con O. que tiene la palabra "oferta" en su cabeza. Dios los cría y ellos se juntan. Está claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu versión