sábado, 17 de marzo de 2012

Contrato

Hoy, hace siete años, firmé el contrato más largo de mi vida: la compra de mi piso.

Tenía que ir a trabajar a mi pueblo preferido. Calculé que llegaría después del recreo. El notario se retrasó, se retrasó, se retrasó... y estuve esperándole desde las diez de la mañana hasta las dos del mediodía. Tampoco fui a trabajar por la tarde.

¿Cómo pedir el alta de la luz, del agua, cómo hay que leerse la firma de la hipoteca...?  Esas cosas útiles de la vida que aprendes en un momento lleno de nervios...

Cuatro años después me mudé y ahora tengo un piso en propiedad (más del banco que mío aún), un piso en alquiler y una casa de abuela en mente. Las vueltas que da la vida.

3 comentarios:

  1. La vida es así de dinámica, María, y no parece tener intenciones de parar! ;-) Un besote

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  2. Es lo bueno que tiene la vida, que nunca sabes...

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  3. Respuestas:

    Kika: Un poquito de parón no me vendría mal.

    Dintel: ¿Lo bueno?

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