martes, 3 de marzo de 2015

Nervios

Un mes de nervios decidiendo que me cambiaba de piso.
Un mes de nervios con el cambio de piso.
Un mes de nervios con las programaciones. Acabadas las obligatorias. ¡Soy libreeeee!
Una semana de nervios porque el teléfono no funciona. ¡Por fin han venido a arreglarlo hoy!
Una semana de nervios con la gotera. O más.
Una semana de nervios con la actuación.

Parezco tranquila pero la incertidumbre me come por dentro. Me siento nerviosa y se me apoderan los miedos al no saber qué pasará.

Luego se van arreglando las cosas materiales, llegan los aplausos y las felicitaciones, tus amigas te sacan los colores vía whatsapp, escuchas los vídeos cientos de veces y... llega el relax.

Entonces pienso: ¿por qué me angustio tanto si, al final, todo se arregla, todo sale bien?

Veo los vídeos de la cena y la primera vez me escucho demasiado lenta, un fallo de guitarra aquí, los dientes que me chocan y pronuncio mal... Los veo otra vez y me digo bien por ese agudo, aquí qué risas, mira en esta frase al público que se enganchan... Diez veces después me tranquilizo un poco más.

Soy consciente de mis potenciales y de los fallos. Me digo que no soy una profesional. Me siento obligada a hacerlo bien, perfecto... En los próximos findes me he prometido disfrutar más.

2 comentarios:

  1. Ser perfeccionista esta muy bien.... pero a veces eso no te permite disfrutar al 100% de las cosas... disfruta mas y comete mas errores! que de ellos tb se aprende
    Bess!

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    1. Tuki: Ya... :( Me voy desperfeccionando de unos años para acá, pero me cuesta desprenderme de todo lo aprendido.

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