lunes, 21 de julio de 2014

Grandes detalles

Tengo tantas sensaciones a flor de piel que no me hago con ellas.

El período vacacional está resultando un maremagnum de emociones, sentimientos, salidas hacia delante, charlas reveladoras y necesarias...

Estuve con Ana unos días. Negros por fuera, rojos por dentro, azul en calma cuando la miro...

Me fui a Menorca con mis amigas dejando tormenta a pares en mi familia, a mi madre con flebitis... Llevándome una mochila de culpa enorme por no ser capaz de resolver lo que no está en mi mano.

Allí me fui desinflando con el paso de los días, con las miradas intensas, con el azul bello del mar, con esas calas que te invitan a dejarte llevar y a soplar hacia fuera desde lo más profundo.

Y volví. Y las casualidades de la vida hicieron que ayer Ana comiera, por primera vez, en casa de mis padres. Ella no quería, yo lo deseaba. Ella no quiere molestar a nadie, yo quiero "normalizar" nuestra relación. Ana dio dos besos a mi padre. Mi padre llevó una botella de vino tinto para ella. Quiero que se quieran.

Me "enfadé" con mi madre porque contó a mi tía que mi hermano tiene novia pero no le cuenta que Ana es mi novia. Aún así, ayer le compré una cosa de la Virgen del Carmen a la que tiene mucha devoción. Quiero estar en paz con ella.

Esta mañana ha venido a mi casa. Le han dado el alta. Me ha preguntado si Ana se marchó contenta. Le he dicho que ella sí, que yo estaba triste. Hemos hablado mucho. He llorado mucho. Al final me ha dicho que le diera un abrazo y que Ana, cuando venga, será una más, "como tú y como tu hermana". Que no sabe explicarse como yo, que me quiere...

Ana es MUY generosa. No sé si yo aceptaría todos los sentimientos que tengo yo, en ella. De estos días han salido gestos positivos, de mirar hacia delante.

Necesito calma. 

3 comentarios:

Tu versión