viernes, 8 de noviembre de 2013

Bonito

Clase de música. Aulas de Educación Especial. 

La AT riñe a L. antes de empezar la clase porque entra corriendo y gritando al pasillo. Lloros.

La fisio, que acompaña a S., riñe a otros dos, porque no estaban escuchando.

Risas tontas, adolescentes, de las mayores... Calmo la situación... Más risas, menos escuchar, la locura... ¡literalmente! 

Un ¡ya basta! que libera toda tensión (mía) y relaja el ambiente.

Cuando salimos, L. me abraza, me dice que me quiere mucho, que si me quiero casar con ella... - ¡Por supuesto, pero cuando cumplas dieciocho años, que ahora es un delito!- Más risas...

Mientras le estoy contando "la clase" al maestro, la niña nueva le dice: "Tío, paso de ti". Nos quedamos helados. Le digo que no puede contestar así al maestro. "¿Contestas así a tu padre?" Y por respuesta un "Sí, qué pasa". (Tiene once años y una discapacidad severa).

Entonces L. saca toda su artillería, abraza al maestro y le dice: "No pasa nada, osito mío, mi pollito recién salido del cascarón...".

Y el maestro y yo nos hemos emocionado.

4 comentarios:

  1. Un gran trabajo, sin lugar a dudas.

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  2. Yo también me he emocionado. Ha sido risa y un pellizquito en el pecho. :)

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  3. Respuestas:

    Dintel: Un trabajo con muchas emociones diversas.

    Caminos: ¡Sí!

    Anuar: Cada cambio de clase.

    Butterflied: :-)

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