Ayer tuve que sacar tooodas las cosas, papeles arrugados y mierdas varias que tenía una de mis alumnas (búlgara, sin hablar español, recién llegada a este país, sin escolarizar) en la cartera. Por supuesto, mi carpeta era un despojo lleno de manchas de agua, mordido... V. tiene un estuche llamado "bolsa del sabeco".
Hablé con su tutora, le dije que la enseñara a poner sus cosas en la cartera, que creía que debía llamar a su madre, que (al menos) tenía que tener un estuche decente... y me respondió (con asco): "Cuando tengo un ratito libre me pongo con ella", "No ha aprendido ni las vocales (tiene ocho años), así que me voy a preocupar de su cartera", "Qué vas a saber tú"... y otras lindezas varias.
Hoy me la he cruzado en el recreo y me dice (sin decirle nada, que ya tiene mi palabra retirada): "María, con "estos" no se puede hacer nada. Los que no aprenden no van a aprender nunca".
Me ha entrado una rabia, una tristeza, una mala hostiaaaaaaaaaa... y le he contestado que su labor consiste en que aprenda, que debe llamar a la madre, que tiene que derivar a la niña al equipo de orientación, que enseñar a poner los libros en la cartera es fundamental para el orden físico y mental...
No la he insultado porque es de muy mala educación. Me he quedado con las ganas: "¡¡¡puta vaga cobrando un sueldo que no te mereces!!!."
Se lo he contado a la Jefa de Estudios. Sentía que me estaba "chivando". Me he puesto colorada de la vergüenza que tengo al trabajar con gente "así" en educación.
Cuando he dicho que iba a comprar un estuche a la niña, de mi dinero, la Jefa ha abierto un armario, ha sacado un estuche, le hemos puesto un pegamento, un lápiz, una goma, un sacapuntas, unas pinturas... y me ha dicho que se lo diera a la niña.
Recreo: niña feliz con estuche nuevo para usar en clase.
Su tutora, que ha visto cómo le daba el estuche, que me he cruzado tres veces esta tarde... todavía no me ha dicho nada. (¡Jóooodete!).
Con ilusión: mi truco de dar como premio una canción que mis alumnos y alumnas han pedido... si se estudiaban un ejercicio, ¡ha funcionado!. 17 de 20 han aprendido la estrofa, la estrofa y el estribillo, la mitad de la canción... ¡Síííííííí! De una canción difícil.
Ahora estoy preparando un villancico para hacer en el festival de fin de trimestre (si sale, que ése es otro cantar). Han accedido a ensayar en el recreo, se han comprometido uno a uno, una a una... "lo que haga falta, María"... Se me ponían los pelos de punta.
Así que... aunque lleves toda la tarde peleándote con los ritmos... María, prepara la canción bien.