Clase de música. Aulas de Educación Especial.
La AT riñe a L. antes de empezar la clase porque entra corriendo y gritando al pasillo. Lloros.
La fisio, que acompaña a S., riñe a otros dos, porque no estaban escuchando.
Risas tontas, adolescentes, de las mayores... Calmo la situación... Más risas, menos escuchar, la locura... ¡literalmente!
Un ¡ya basta! que libera toda tensión (mía) y relaja el ambiente.
Cuando salimos, L. me abraza, me dice que me quiere mucho, que si me quiero casar con ella... - ¡Por supuesto, pero cuando cumplas dieciocho años, que ahora es un delito!- Más risas...
Mientras le estoy contando "la clase" al maestro, la niña nueva le dice: "Tío, paso de ti". Nos quedamos helados. Le digo que no puede contestar así al maestro. "¿Contestas así a tu padre?" Y por respuesta un "Sí, qué pasa". (Tiene once años y una discapacidad severa).
Entonces L. saca toda su artillería, abraza al maestro y le dice: "No pasa nada, osito mío, mi pollito recién salido del cascarón...".
Y el maestro y yo nos hemos emocionado.
Un gran trabajo, sin lugar a dudas.
ResponderEliminarQué bonito.
ResponderEliminarYo también me he emocionado. Ha sido risa y un pellizquito en el pecho. :)
ResponderEliminarRespuestas:
ResponderEliminarDintel: Un trabajo con muchas emociones diversas.
Caminos: ¡Sí!
Anuar: Cada cambio de clase.
Butterflied: :-)