El miércoles tuve la primera clase con mis alumnxs de 3 años.
¡Qué alegría cuando cogían su instrumento! ¡Qué alboroto tocando todos a la vez! ¡Qué maravilla cuando con la mano señalo que tienen que parar y paran de tocar casi todos!
Si pudiera recoger toda esa energía e ilusión que se generó en esa media hora, para todas las clases, para todos los días... disfrutaría para siempre siendo maestra de música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu versión