Ayer fui a llevar la tarjeta-regalo al centro de estética donde me hicieron el peeling. Hay que devolverla para no volver a usarlo.
Cuando la dueña estaba sacando la tarjeta del sobre... ¡vi que estaba escrita por detrás y yo no había leído lo que ponía!
Le dije que me dejara leerlo. ¡Superjefa me había escrito unas líneas preciosas! Y un "Te quiero". Nunca me lo decía ni lo escribía. Así que esa tarjeta tenía que conservarla.
Al final, conseguí que me anulara la tarjeta por delante y así poder quedármela.
Después quedé con superjefa y le conté lo sucedido. Me dice: "Te mato".
La vida te da sorpresas... sorpresas te da la vida.
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