sábado, 30 de agosto de 2014

El baile con el no cubano

Ante la pregunta: "¿Qué tal bailas?", me he acordado del merengue que me marqué con el no cubano, una noche de cena con las amigas de A. 

Uhmmmmmmmmmmmmmmmm... ¡Qué bien huele, qué bien baila!

Y el piropo que me echó: esa cintura y esa cadera... 

A., ¿cuándo volvemos?

viernes, 29 de agosto de 2014

Y por fin...

... he terminado de limpiar el piso y mi compañero M. se va a quedar en él este curso.

¡Qué relax! Este piso acaba conmigo. Pero, al final, todo tiene solución.

Por primera vez en mi vida he cambiado los grifos de la bañera y del lavabo... ¡yo solita! Estoy contenta. Yo, que pensaba que solo tenía manos para la música y el placer... ¡también tengo mano para algo útil! Estoy descubriendo cosas que no sabía que tenía.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Velada musical

Mi amiga M., la más guapa, me invitó a cantar con unos amigos. De esta tarde para esta noche. Fui. 

Hacía mucho tiempo que ella quería que sus amigos y yo nos conociéramos. Cantamos y cantamos. 

Mi voz sorprendió a algunas personas. El anfitrión, un poco histriónico, que toca fenomenal la guitarra, se sintió un pelín desplazado... así lo intuyo. :(

Me sentí a gusto. Tenía poderío. Hacía mucho tiempo que no sentía mi voz así.

Y después, dos horas de charla en el coche. Como hace unos días. Estoy muerta.

M., ¡gracias!

martes, 26 de agosto de 2014

Ese día

Deseo con todo mi alma que llegue ese día en el que no te busque constantemente en la cama, porque las dos sabremos que SIEMPRE estaremos una al lado de la otra.

viernes, 22 de agosto de 2014

Mi madre es libre

Mi madre ha dejado de trabajar hoy. Después le corresponden vacaciones. He llamado para felicitarla. Está contenta. Pero me ha dicho que aún no es jubilada, que eso será el día de su cumpleaños. De momento, es libre. Que es mejor que ser jubilada, creo.

domingo, 17 de agosto de 2014

El martes

El martes nos iremos a casa de nuestras amigas catalanas.

A ese paraíso donde Ana me da besos en la calle, donde vamos agarradas, donde nos relajamos a tope...

Gracias, chicas.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Mis estrellas

Estuvimos en el río. La princesa Luz se tiró por primera vez por el remolino. Primero de culo y luego de cabeza. La voy a convertir en una aventurera, aunque se muera de miedo. Aunque también me dé miedo que lo tenga. Ése triunfo es mi primer regalo.

Anoche, como es tradición, fuimos a ver las estrellas fugaces. Se nubló el cielo y solo pudimos ver "estrellas que se están quietas" (según la princesa Luz) un ratito.

A cambio de no pedir deseos, inventamos canciones, nos reímos escuchándolas de nuevo, volvimos a hacer cuentos entre todos, disfrutamos de la placidez dormida del niño león... Y me sentí querida con mis amig@s, como dice el niño bonito "de toda la vida". Él tiene 9 años. Nosotras 38 en este año.

Mi pareja de desecho nos escribió: "Y la noche de estrellas fugaces terminó sin pedir ningún deseo, pero habiendo cumplido sueños de grandes y pequeños. Feliz noche nublada. Que duerman las estrellas..." (Se me ponen los pelos de punta y se me llenan los ojos de sentimientos). Un regalo cada San Lorenzo. Y van dos.

Después me encontré con mi amiga M., la más guapa... :), que ha empezado a trabajar entre nosotros.

Estuvimos hablando en su coche hasta las 5.30 de la madrugada: de las familias, de los hermanos, de las parejas, de lo que queremos, de lo que nos gusta, de lo que sentimos... del drama a la risa, de los ojos llenos de sentimientos (frase que dijo ella y me quedo y voy a repetir mucho) al sexo delante de un espejo... ¡Todas las vueltas del corazón en un coche, en cinco horas de charla!

Hemos dormido muy poco pero hoy me has dicho que te has levantado sin aprensión y que estás orgullosa de mí. Yo me liberé de mis dragones. Tercer regalo.

Ahora Ana me ha dicho que su biopsia es buena. Cuarto regalazo.

Hay veces que 24 horas dan para mucha felicidad. 

martes, 12 de agosto de 2014

Ariel

He leído esta entrada y he pensado: ¡Sí, yo también quiero llegar a vieja con Ana!

Me gusta.

domingo, 10 de agosto de 2014

Leyendo

"Pregúntate… ¿Quién habla habitualmente por ti, desde ti, a través de lo que nombras cada día, cuando sin darte cuenta decretas todo aquello que te impide ser libre y feliz. Pregúntate quién crea por ti cada vez que no estás presente, a través de tus gestos, tus pensamientos, tus miedos… permitiendo que creencias de otros y ordenes inconscientes asentadas en lo más oculto de ti sometan tu voluntad y dirijan tu vida?"

Cuidarme, respetarme, escuchar mi voz interior. Ahí está la clave de todo.

martes, 5 de agosto de 2014

Los nervios

Ayer por la tarde, por primera vez, fui en bici por la ciudad de Ana. Y, por primera vez, fui en bici por una ciudad.

1. ¿Cuándo se acaba el carril bici se puede ir por la acera o hay que ir por la carretera?
2. ¿Te ven bien los coches? ¿Te respetan en las rotondas?
3. ¿Se puede transportar la bici dentro del coche agarrada con una red?
4. ¿Cómo se quita el miedo cuando te pasa un coche al ladito, cerca, cerca?

Al salir de casa me había dejado la llave para salir del garaje. Tuve que volver a subir a casa. Tardé mucho rato en montar la rueda y que estuviera recta y que no se engancharan las patillas de freno. Me pongo el casco, los guantes, guardo la llave del garaje, las llaves de casa, la del trastero, programo el móvil para la ruta... ¡Y me lanzo a la aventura!

Más o menos, cuando llevo un kilómetro y medio, me doy cuenta que no me he tapado la picadura de la medusa... ¡y me entra pánico! Me he ido de la piscina porque estaba nublado y ahora... sale el sol!!! Y tengo que llevar tapada la marca...

Entonces veo un supermercado, me acuerdo de que tengo dinero y paro a comprar unas tiritas. Ato la bici. Compro las tiritas. Me cubro la picadura. Voy a quitar el candado a la bici y... ¡no tengo la llave! ¿Por qué? Porque la llevo con las llaves de MI casa, que están en el bolso en casa de Ana. ¡Cagoentodoloquesemenea!

Así que tuve que llamar a Ana, contarle la paletada, decirle dónde tenía la llave y esperar a que me la trajera,  quince minutos más tarde, vestida de esta manera ridícula que vamos en la bici: con el casco, la camiseta transpirable, el culotte, los guantes... delante de la puerta de entrada del supermercado.

Menos mal que la ruta que hice es bonita, que sudé de lo lindo, que bajé muchas calorías... y se me despejó la mente, esa que piensa más de lo que debe.

Hoy he ido a una sesión de reiki mientras Ana se hacía otra biopsia en el pecho. Tengo miedo, angustia, terror... a que le ocurra algo malo. Por eso he ido, a que me equilibren la energía.

Nada más ponerme las manos, la terapeuta (Mari Jose) me dice: "Piensas mucho. Tienes mucha energía". No sabía si reír o llorar. Ya... Al finalizar la sesión podía respirar tranquila, se me ha quitado el dolor de cabeza, el latente del trigémino... Me ha dicho: "Sonríe más, que eres muy risueña" y me ha dado un abrazo con mis gracias. Y también... "Cuando vayas a comer algo fuera de las comidas, piensa por qué quieres comer, si tienes hambre de verdad; en el estómago guardas muchos sentimientos, lo que te tragas y no quieres/puedes decir". Ahí quería llorar más. Sin hablar nada con ella.

¿Cómo pueden percibir todo eso sin conocerte? Sé que volveré.

Entonces ha cambiado mi energía, he llorado un buen rato después de hablar con Ana, he recogido 30 euros que se le han caído a un señor mayor, se los he metido en la cartera, le he dicho que eso era un sueldo, me ha dado las gracias, le he sonreído... y se me han pasado todos los nervios.

domingo, 3 de agosto de 2014

Tallas

El año pasado me compré tres camisetas de la misma talla, de la misma marca, en el mismo lugar: roja, amarilla y azul.
A día de hoy: la azul me está enorme (para donar), la amarilla bien, la roja pequeña.

¿Alguien lo entiende?