Ayer por la tarde, por primera vez, fui en bici por la ciudad de Ana. Y, por primera vez, fui en bici por una ciudad.
1. ¿Cuándo se acaba el carril bici se puede ir por la acera o hay que ir por la carretera?
2. ¿Te ven bien los coches? ¿Te respetan en las rotondas?
3. ¿Se puede transportar la bici dentro del coche agarrada con una red?
4. ¿Cómo se quita el miedo cuando te pasa un coche al ladito, cerca, cerca?
Al salir de casa me había dejado la llave para salir del garaje. Tuve que volver a subir a casa. Tardé mucho rato en montar la rueda y que estuviera recta y que no se engancharan las patillas de freno. Me pongo el casco, los guantes, guardo la llave del garaje, las llaves de casa, la del trastero, programo el móvil para la ruta... ¡Y me lanzo a la aventura!
Más o menos, cuando llevo un kilómetro y medio, me doy cuenta que no me he tapado la picadura de la medusa... ¡y me entra pánico! Me he ido de la piscina porque estaba nublado y ahora... sale el sol!!! Y tengo que llevar tapada la marca...
Entonces veo un supermercado, me acuerdo de que tengo dinero y paro a comprar unas tiritas. Ato la bici. Compro las tiritas. Me cubro la picadura. Voy a quitar el candado a la bici y... ¡no tengo la llave! ¿Por qué? Porque la llevo con las llaves de MI casa, que están en el bolso en casa de Ana. ¡Cagoentodoloquesemenea!
Así que tuve que llamar a Ana, contarle la paletada, decirle dónde tenía la llave y esperar a que me la trajera, quince minutos más tarde, vestida de esta manera ridícula que vamos en la bici: con el casco, la camiseta transpirable, el culotte, los guantes... delante de la puerta de entrada del supermercado.
Menos mal que la ruta que hice es bonita, que sudé de lo lindo, que bajé muchas calorías... y se me despejó la mente, esa que piensa más de lo que debe.
Hoy he ido a una sesión de reiki mientras Ana se hacía otra biopsia en el pecho. Tengo miedo, angustia, terror... a que le ocurra algo malo. Por eso he ido, a que me equilibren la energía.
Nada más ponerme las manos, la terapeuta (Mari Jose) me dice: "Piensas mucho. Tienes mucha energía". No sabía si reír o llorar. Ya... Al finalizar la sesión podía respirar tranquila, se me ha quitado el dolor de cabeza, el latente del trigémino... Me ha dicho: "Sonríe más, que eres muy risueña" y me ha dado un abrazo con mis gracias. Y también... "Cuando vayas a comer algo fuera de las comidas, piensa por qué quieres comer, si tienes hambre de verdad; en el estómago guardas muchos sentimientos, lo que te tragas y no quieres/puedes decir". Ahí quería llorar más. Sin hablar nada con ella.
¿Cómo pueden percibir todo eso sin conocerte? Sé que volveré.
Entonces ha cambiado mi energía, he llorado un buen rato después de hablar con Ana, he recogido 30 euros que se le han caído a un señor mayor, se los he metido en la cartera, le he dicho que eso era un sueldo, me ha dado las gracias, le he sonreído... y se me han pasado todos los nervios.